26 de abril de 2008

San Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia

Día 26 de Abril

Isidoro de Sevilla nace hacia el año 560. Educado por su hermano san Leandro, arzobispo hispalense, le sucede en la sede sevillana, donde desarrolla su extraordinaria labor pastoral y literaria. Compone libros llenos de erudición, organiza bibliotecas, preside concilios, ordena la liturgia hispanovisigoda. Después de 40 años de episcopado, muere el 4 de abril del 636. El año 1063 fue trasladado su cuerpo a León, donde hoy recibe culto en la iglesia de su nombre.

Tratado sobre los oficios eclesiásticos (cap. 5,1.2: PL 83,785), de San Isidoro

Es preciso que el obispo sobresalga en el conocimiento de las sagradas Escrituras, porque, si solamente puede presentar una vida santa, para sí exclusivamente aprovecha; pero, si es eminente en ciencia y pedagogía, podrá enseñar a los demás y refutar a los contestatarios, quienes, si no se les va a la mano y se les desenmascara, fácilmente seducen a los incautos.

El lenguaje del obispo debe ser limpio, sencillo, abierto, lleno de gravedad y corrección, dulce y suave. Su principal deber es estudiar la santa Biblia, repasar los cánones, seguir el ejemplo de los santos, moderarse en el sueño, comer poco y orar mucho, mantener la paz con los hermanos, a nadie tener en menos, no condenar a ninguno si no estuviere convicto, no excomulgar sino a los incorregibles.

Sobresalga tanto en la humildad como en la autoridad; que, ni por apocamiento queden por corregir los desmanes, ni por exceso de autoridad atemorice a los súbditos. Esfuércese en abundar en la caridad, sin la cual toda virtud es nada. Ocúpese con particular diligencia del cuidado de los pobres, alimente a los hambrientos, vista al desnudo, acoja al peregrino, redima al cautivo, sea amparo de viudas y huérfanos.

Debe dar tales pruebas de hospitalidad que a todo el mundo abra sus puertas con caridad y benignidad. Si todo fiel cristiano debe procurar que Cristo le diga: Fui forastero y me hospedasteis, cuánto más el obispo, cuya residencia es la casa de todos. Un seglar cumple con el deber de hospitalidad abriendo su casa a algún que otro peregrino. El obispo, si no tiene su puerta abierta a todo el que llegue, es un hombre sin corazón.

* * * * * * *

R/. Venid vosotros, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros, porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme. Aleluya.

V/. El obispo tiene que ser irreprochable, hospitalario, hábil para enseñar, desinteresado.

R/. Fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme. Aleluya.

* * * * * * *

No hay comentarios: