Nació cerca de Alejandría (Italia) el año 1504. Ingresó en la Orden de Predicadores y fue profesor de teología. Consagrado obispo y elevado al cardenalato, fue finalmente elegido papa el año 1566. Continuó con gran decisión la reforma comenzada por el Concilio de Trento, promovió la propagación de la fe y la liturgia. Murió el 1 de mayo de 1572.
De los tratados sobre el evangelio de san Juan (tratado 124,5: CCL 36,684-685), de San Agustín, obispo
Dios, además de otros consuelos, que no cesa de conceder al género humano, cuando llegó la plenitud de los tiempos, es decir, en el momento que él tenía determinado, envió a su Hijo unigénito, por quien creó todas las cosas, para que permaneciendo Dios se hiciera hombre y fuese el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús.
Y ello para que cuantos creyeran en él, limpios por el bautismo de todo pecado, fuesen liberados de la condenación eterna y viviesen de la fe, esperanza y caridad, peregrinando en este mundo y caminando, en medio de penosas tentaciones y peligros, ayudados por los consuelos espirituales y corporales de Dios, hacia su encuentro, siguiendo el camino que es el mismo Cristo.
Y a los que caminan en Cristo, aunque no se encuentran sin pecados, que nacen de la fragilidad de esta vida, les concedió el remedio saludable de la limosna como apoyo de aquella oración en la que él mismo nos enseñó a decir: Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Esto es lo que hace la Iglesia, dichosa por su esperanza, mientras dura esta vida llena de dificultades. El apóstol Pedro, por la primacía de su apostolado, representaba de forma figurada la totalidad de la Iglesia.
Pues Pedro, por lo que se refiere a sus propiedades personales, era un hombre por naturaleza, un cristiano por la gracia, un apóstol, y el primero de ellos, por una gracia mayor; pero, cuando se le dice: Te daré las llaves del reino de los cielos, lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo, representaba a toda la Iglesia, que en este mundo es batida por diversas tentaciones, como si fuesen lluvias, ríos, tempestades, pero que no cae, porque está fundamentada sobre la piedra, término de donde le viene el nombre a Pedro.
Y el Señor dice: Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, porque Pedro había dicho: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. "Sobre esta piedra que tú has confesado edificaré mi Iglesia". Porque la piedra era Cristo, él es el cimiento sobre el cual el mismo Pedro ha sido edificado, pues nadie puede poner otro cimiento fuera del ya puesto, que es Jesucristo.
La Iglesia, que está fundamentada en Cristo, ha recibido en la persona de Pedro las llaves del reino de los a cielos, es decir, el poder de atar y desatar los pecados. La Iglesia, amando y siguiendo a Cristo, se libra de los males. Pero a Cristo le siguen más de cerca aquellos que luchan por la verdad hasta la muerte.
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R/. Si pones en guardia al justo para que no peque, y en efecto no peca, ciertamente conservará la vida; y tú habrás salvado la vida. Aleluya.
R/. Y tú habrás salvado la vida. Aleluya.
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