23 de julio de 2008

Toda su gloria y hermosura está en lo interior

Miércoles XVI Semana del año

Imitación de Cristo 2,1-6. atribuido a Tomás de Kempis

Conviértete a Dios de todo corazón, despréndete de este mundo miserable, y tu alma encontrará la paz; pues el reino de Dios es paz y alegría en el Espíritu Santo. Cristo vendrá a ti y te dará a probar su consuelo, si le preparas una digna morada en tu interior.

Toda su gloria y hermosura está en lo interior, y allí se complace. Tiene él un frecuente trato con el hombre interior, platica dulcemente con él, lo consuela suavemente le infunde una paz profunda y tiene con él una familiaridad admirable en extremo.

Ea, pues, alma fiel, prepara tu corazón a este Esposo, para que se digne venir a ti y habitar en ti. Pues él dice: El que me ama guardará mi palabra, y vendremos a él y haremos morada en él.

De modo que hazle en ti lugar a Cristo. Si posees a Cristo, serás rico, y con él te bastará. Él será tu proveedor y fiel procurador en todo, de manera que no tendrás necesidad de esperar en los hombres.

Pon en Dios toda tu confianza, y sea él el objeto de tu veneración y de tu amor. Él responderá por ti y todo lo hará bien, como mejor convenga.

No tienes aquí ciudad permanente. Dondequiera que estuvieres serás extranjero y peregrino; jamás tendrás reposo si no te unes íntimamente a Cristo.

Pon tu pensamiento en el Altísimo y eleva a Cristo tu oración constantemente. Si no sabes meditar cosas sublimes y celestes, descansa en la pasión de Cristo, deleitándote en contemplar sus preciosas llagas. Sufre por Cristo y con Cristo, si quieres reinar con Cristo.

Si una sola vez entrases perfectamente al interior de Jesús y gustases un poco de su ardiente amor, no te preocuparías ya de tus propias ventajas o desventajas; más bien te gozarías de las humillaciones que te hiciesen, porque el amor de Jesús hace que el hombre se menosprecie a sí mismo.

* * * * * * *

R/. A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo.

V/. Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud.

R/. Tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo.

* * * * * * *

No hay comentarios: